BENEFICIOS DE APRENDER A TOCAR UN INSTRUMENTO DE VIENTO EN LA INFANCIA

CLARINETE
Es de todos sabida la importancia de la educación musical y de los beneficios que aporta la música a cualquier edad.
Se puede empezar por cualquier método de estimulación temprana, como por ejemplo Musizón para bebés o Música in Culla, sólo por nombrar dos que me son cercanos.
Luego encontramos “Música y Movimiento”, más o menos de los 3 a los 6 años, donde los niños desarrollan habilidades básicas como la socialización de la escucha, la atención, la expresión vocal, el movimiento, la danza, etc.
Después sería el momento de pasar a una educación musical instrumental, ya sea en grupo o individual, dependiendo de los métodos de cada escuela y/o profesor.
Por lo que se refiere al clarinete, mi instrumento, la edad idónea para empezar a relacionarse con él es a partir de los 7 u 8 años, cuando ya se han mudado los dientes incisivos superiores.
Debido a su sonoridad llena de colores y posibilidades, es un instrumento especialmente querido por los niños en edad de iniciarse en la música.
Un instrumento de viento como el clarinete, además de las bondades del aprendizaje musical e instrumental, puede aportar otras ventajas al desarrollo físico y psicomotriz de los niños.
Respiración:
El clarinete es un instrumento de la familia de viento-madera y su sonido es producido por la vibración, mediante el soplo, de una sola caña o lengüeta contra la boquilla.
La introducción al soplo se hace a través del juego, y las habilidades adquiridas se traspasan luego al instrumento.

Foto extraída de «Les Orthophonistes«
El desarrollo de la respiración y la práctica del soplo en edades tempranas contribuyen a mejorar problemas del habla derivados de un mal apoyo respiratorio, así como problemas de prosodia y disfemias*.
Músculos que intervienen en el habla:
La formación de la embocadura para tocar el clarinete involucra casi la totalidad de la musculatura que interviene en el habla.
Los labios, la musculatura que los rodea, la lengua y la cavidad bucal participan en la formación de la embocadura y en la producción del sonido del clarinete, lo cual aporta flexibilidad y fuerza a esta zona, con lo cual también se contribuye a mejorar problemas del habla, en este caso relativos a la pronunciación y articulación de los sonidos*.
Motricidad fina y destreza manual
La coordinación entre ambas manos y los movimientos de los dedos son imprescindibles para tocar el clarinete. El desarrollo de estas habilidades puede favorecer otras actividades manuales que desarrollen los más pequeños, así como contribuir al control de su lenguaje corporal.
Corrección postural, coordinación y propiocepción
Para el correcto aprendizaje de la producción sonora y de la sujeción del instrumento es imprescindible adquirir paulatinamente una postura correcta y una buena percepción de uno mismo. Con ello contribuimos a una buena coordinación soplo-movimiento-sonido-oído.
El desarrollo de la atención y el aprender a escuchar y a escucharse nos ayudan a ser más conscientes de nuestras necesidades.

«Chalumeau» para iniciarse al clarinete en edades tempranas

«No se debe enseñar música a los niños para convertirlos en grandes músicos, sino para que aprendan a escuchar y, en consecuencia, a ser escuchados.» Claudio Abbado

*Un instrumento de viento puede ser un complemento o una motivación para seguir con éxito el trabajo junto con un profesional de la logopedia o la foniatría, nunca podría ser un sustituto de su labor.

2 comentarios sobre “BENEFICIOS DE APRENDER A TOCAR UN INSTRUMENTO DE VIENTO EN LA INFANCIA

Replica a Andres Cancelar la respuesta